Cómo empezar correctamente un nuevo proyecto de software

Antes de comenzar con la implementación de un sistema es muy importante tener muy claro qué es lo que se debe implementar.

Suena obvio, pero por desgracia en el mundo del desarrollo de software se llega una y otra vez a discrepancias entre lo que el cliente pedía y lo que finalmente se ha implementado. Este problema es especialmente delicado en los proyectos cerrados, por lo que vamos a explicar nuestras buenas prácticas para este tipo de proyectos, conocidos también como proyectos llave en mano.

Iniciar un nuevo proyecto dedicando el tiempo necesario para entender la necesidad real del cliente es una inversión que se recuperará con creces durante la implementación, no solo ahorrando costes de desarrollo para dicho cliente, sino también asegurando su satisfacción.

Un cliente satisfecho es la mejor estrategia de negocio de todas.

Michael Leboeuf

En WATA Factory hemos detectado tres fases clave que nos ayudan a determinar qué se debe implementar, y que van más allá de la mera toma de requerimientos.

1. Entender las necesidades reales del cliente

En la mayoría de los casos, las empresas de desarrollo de software se limitan a leer el documento de requerimientos y posteriormente a realizar alguna reunión con la persona de contacto para subsanar todas las dudas al respecto. En el mejor de los casos, y si todo se realiza correctamente, el proveedor conocerá al detalle todo lo que el cliente desea implementar.

Pero en ocasiones, esto no es suficiente. En muchos casos el cliente no conoce todo el potencial de la tecnología actual. Como expertos, es nuestro deber hacer un análisis más profundo sobre las posibilidades que el software final podría ofrecerle.

Por ello, indagamos en las diferentes partes del proceso de gestión o fabricación del cliente. También hablamos con los diferentes implicados e intentamos detectar las operaciones donde se malgasta tiempo o recursos. No todos los clientes realizan este paso previo, sobre todo en organizaciones complejas y con diferentes departamentos involucrados.

2. Desarrollo del concepto

Una vez tenemos claras todas las necesidades reales del cliente, utilizamos diferentes metodologías creativas de generación de ideas para la creación de un concepto que aporte un valor añadido notable para el cliente, que en ocasiones puede ir más allá de lo que este pensó en un inicio.

Dependiendo del tipo de proyecto usamos técnicas que van desde el Design Thinking hasta el Pensamiento Lateral. Esta fase nos diferencia sustancialmente con respecto a otras empresas del sector.

Hacemos un esfuerzo especial en este punto, involucrando a expertos de diferentes áreas para asegurar un resultado que cumpla con las altas expectativas de nuestros clientes.

3. Presentación del concepto

Tras comenzar el proyecto asegurándonos de entender los requisitos del cliente (evitando malentendidos que puedan poner en riesgo el éxito del proyecto), en esta fase nos aseguraremos de que el cliente entienda el concepto que hemos desarrollado para él en el paso anterior.

Para ello, utilizamos diferentes propuestas visuales que transmiten, de forma clara, el concepto ideado y que, dependiendo del proyecto, pueden ser wireframes, mockups o proof on concepts interactivos.

Aunque algunos proveedores de software trabajan bajo bolsa de horas, nosotros garantizamos al cliente un resultado y una fecha de entrega. De esta forma el cliente puede tener la tranquilidad de saber qué recibirá y cuándo.

Adicionalmente hacemos especial hincapié en la comunicación con el cliente. No solo re-trabajamos el concepto con éste hasta llegar a una solución satisfactoria, sino que durante la implementación vamos haciendo entregas continuas para asegurarnos de que vamos en la dirección deseada. El cliente puede visitarnos cuando lo desee e, incluso, trabajar codo con codo con nosotros, en nuestras modernas instalaciones si así lo desea.

Nuestro principal objetivo no es el software en sí, sino la satisfacción de nuestro cliente. El software es el medio para conseguir dicha satisfacción.